... el tiempo
la in(te/me)nsidad.
Y en ese espacio en el que la (solE/felici)dad se permite respirar,
entre las circunstancias, como un paisaje efímero
que retiene los climas de otros tiempos,
como quien pone pruebas (pese) al miedo.
(d)Espacio, recorren las palabras el verbo.
En esta habitación infinita con olor a cerrado, te verso.
Por ser la voz sabia que lee con ojos de invierno
la vida de las hojas que pocos entendieron,
la piel firme que cobijó los silencios
y supo hacer de las palabras su templ(e/o).
Me acaricia el tiempo, porque he aprendido
a esperarle mientras nos reConocemos.