Es como la voz triste cuando repliega sus alas, como los atardeceres cuando caen sobre ti, o cuando crees que ya nunca más lo harán...

Foto: Isa FL.

 como una sensación aparentemente desconocida a la que en cambio  ya sabes poner nombre, es la decepción.

Está hecha de expectativas...

Expectativas que te vas creando y a la vez en ellas vas atrapando a otros; a otros que a veces sin quererlo, o quizás queriendo, haces sentir culpables. Culpables porque lo que tú quieres no ha salido como tú quieres... Y de eso ... De eso quién tiene la culpa.

Quizás en primer término tu mismo por no haber cogido a tiempo esos trenes de los que hablas a otros y te hablas a ti mismo cuando estas envuelto en los vicios de la doble moral. 

Esa doble moral de decir una cosa y sin querer,o sin querer queriendo, hacer la opuesta. 

Porque a veces no somos consecuentes y la falta de consecuencia nos lleva a algo irreversible.... El arrepentimiento.

Un arrepentimiento que por mucho que intentamos solventar, poner parches, no basta.

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