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El hombre es un auriga que conduce un carro
tirado por dos brioso caballos: el placer y el deber.
El arte del auriga consiste
en teplar la fogosidad del corcel negro (placer)
y acompasarlo con el del blanco (deber)
para correr sin perder el equilibrio.
(Platón)
Hola Athenea,he de ddecir que tienes el don de la oportunidad, me alegra que sigas con todos nosotros.
ResponderEliminarUn abrazo
hola.
ResponderEliminarsaber conjugar y unir placer con deber es la sabiduria que hace de las personas unicas y memorables. Todo en esta vida puede ir unido, aunque siempre debemos saber en qué momento han de ir unidos placer y deber.
Como siempre tus entradas son fantasticas. besos de un amigo.