Cuando hablamos de nuestro devenir, mencionamos una y otra
vez el destino, la suerte, el momento y lugar adecuados… pero nos solemos
olvidar de algo fundamental… las expectativas.
Expectativas sobre lo que esperamos encontrar o lograr,
sobre como esperamos que sea algo o
alguien. Somos como una especie de catalogo descatalogado de esos que miras y
miras antes de decidirte a comprar algo y sin embargo cuando te has decantado
por ello y te has imaginado la foto exacta de como quedará en el espacio que
has reservado en tu vida para ello, ya no está, ya no se fabrica, ya no queda o
simplemente nunca existió.
Son trenes que pasan una vez, oportunidades que se van pero
sobre todo malas pasadas que en ocasiones nos juega nuestra mente caprichosa,
sensaciones que sentimos y no disfrutamos porque estamos pensando en como creíamos que seria y no es; o siemplemente en que nada puede ser tan sumamente perfecto.
PD. la propia inercia me lleva a la palabra comprar... catalogo descatalogado el altruismo.
(/&/)
Las expectativas pueden llegar a ser duras tiranas si no somos capaces de controlarlas, Athenea.
ResponderEliminarUn abrazo,
ATHENEA y lo peor no es eso, lo peor sería recorrer por un camino lleno de expectativas e ilusiones y no poder encontrar nada..... sería terrible... un beso preciosa ^.^
ResponderEliminarUps casualmente yo tambien hice una entrada sobre el destino hoy...
ResponderEliminarYo no sé si hay o no, si los trenes pasan avisando o sin avisar... la cosa es que ahi está el juego de la vida.
Besitos mediterráneos.
lo mejor es no especular y dejarse sorprender... sonreir a cada esquina sin saber que aparecera tras ella.
ResponderEliminarComo tus letras... pura sorpresa.
Besos almendrados ;)