Has aniquilado
de un solo vistazo
el rostro que portaba
la metralla que hacía daño.
Se ha vuelto dama, mendigo,
puta, pitonisa, banquero, abogado...
Cenicero que guarda las ganas quemadas,
los restos dejados, el ayer clausuarado.
Te has salvado,
matando de película,
en la escena quinta
ese algo que interpretaba un papel
y no deseas en tu vIDA.
Yo le llamo: caricia selectiva.
Bang bang .... quizá esta escena
ya esté prEscrita...
Bang, bang.... y en el corazón!!! o así, que te gustará más... y en el coRazón.
ResponderEliminarBuenas tardes, AtHeNeA:
ResponderEliminarY es que, si no somos selectivos con las caricias, ¿cómo podemos ser pródigos con nuestro afecto? Hay que apreciar a quien te aprecia.
Tienes todo mi aprecio, AtHeNeA.
La brisa puede secar las lágrimas y restaurar la sonrisa...
ResponderEliminarUn abrazo de luz.
ResponderEliminarSus carantoñas parecen haberle condenado y ya que fingió para impresionar, su muerte la situamos en la sexta escena.
Prescripto ha su actuación.
Time out.
R.I.P.
Y se funden las balas que se disparan sin razón ni veracidad… Ceniza que el aire se lleva, tras los absurdos incendios…
ResponderEliminarUn abrazo enorme, mi preciosa Athenea 💙
Escenas escritas o no, hay que vivirlas.
ResponderEliminarBss
Muy duro lo de "y no deseas en tu vida", me ha encantado este poema. Gracias por escribirlo AtHe. Abrazo.
ResponderEliminarLa muerte como protagonista en una escena.
ResponderEliminarBesos.
Buenas noches, paso por tu casa y me quedo si me aceptas.
ResponderEliminarDoloroso y precioso poema.
Un saludo.
Hay miradas decidoras que aniquilan y desarman logrando poner fin a tristes episodios en sus vidas.
ResponderEliminarMe gusto mucho el poema y lo que trasmite.
Saludos.