Un aurea de inexplicable misticismo envolvía su ser y hacia
que cada uno de sus movimientos se asemejara a los de la criatura más maravillosa que
en numerosas ocasiones había imaginado en esos sueños que le hacían llegar
desde lo más profundo y oculto de las entrañas del diablo, hasta el sutil aleteo de una mariposa.
No alcanzaba a entender, qué clase de efecto causaba en sobre el,
sólo sabia que tras la tormenta llegaría la calma y aquella luz se convertiría
en pasado...
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Hay momentos irrepetibles que se disfrutan lentos... luego hay que saber dejarlos escapar.
ResponderEliminarSaludos almendrados ;)
¡Que bueno tner la seguridad de que todo pasa! Lo bueno y también lo malo... Abres puertas a la imaginación con esa breve historia
ResponderEliminarLuces y sombras que se hacen pasado y la calma que siempre llega.
ResponderEliminarHermoso concepto.
Un saludo.