Profeso un cariño especial a todas y cada una de las personas que han formado y forman parte de mi vida. Las que están le dan impulso a una sonrisa que no termina de florecer, escuchan mis desvelos e incluso los intentan entender y sobre todo me dan el calor de un fuego que en ocasiones acaricia el hielo que es mi ser.
A los que se han ido o simplemente el imperativo del tiempo ha marcado la pauta guardo el legado de lo que fue, en tanto en cuanto, multitud de momentos a su lado han impregnado con pinceladas desacompasadas y sin apenas darnos cuenta el trazo de mi rubrica actual más personal.
Es como un largo paseo por una playa inmensa en la que compartes huellas con quienes tienes más cerca; pero siempre está la otra alternativa más o menos convencional que puedes tomar en tu camino ... Como destino el mar.
El mar es todo eso que al llegar contemplas y ola a ola acuna los recuerdos, se remueven sentimientos al compás de la melodía que el destino marca como guía.
Y a veces pienso que envolver recuerdos es como compartir un silencio cargado de paz, exponer una parte de ti sin importar el qué dirán, que es regalar la esencia de tu ser a modo de diván; como muestra de confianza y cariño incondicional. ..... (/&/)