Al igual que las “comillas” a veces denotan ironía, he decidido que el silencio sea mi tarjeta de visita.
Sentenciaré junto a la mirada a todo aquel que tiene prisa.
Prisa…
Por juzgar aquello sobre lo que no tiene potestad.
Por desvelar los secretos que otro le ha confiado guardar.
Caeré, pues, en la contrariedad de hacer aquello que aseguro censurar…
” Siempre queda decir que fue sin querer; proclamar , para auto-convencer-nos, que merecemos otra oportunidad”
Acompañaré a cada palabra no dicha al lugar donde mueren las mentiras.
Será el desencadenante de un silente nueva vida.
Esas eran las premisas…. Luego…
Luego al cuarto tono respondí nuevamente: Hola, ¿qué necesitas?
Y tras 50 minutos en los que pulir aristas y recordar-le/me que mañana será otro día, pensé en la razón que tenía quien un día me dijo que:
"las contrariedades perfilan nuestra vida”…Con y sin comillas