Me siento en la habitación de mármol,
y no me preguntes si de sentar o (a)sentIr.
Que hay vocablos que solo acierta a decir
quien con la mirada cobra o abraza.
[Quizá y solo quizá, soy sastre,
hilvano con los reCuerdos
la loCura de una mudanza]
[Quizá es un deSastre que aGuarda]
No esperes impasible explicación,
porque hay mensajes que cojean
a lo largo del pañuelo de seda
que la madrugada deja olvidada.
Es esa finísima frontera de luz
entre lo que enVuelVe y ahoga,
entre lo que reVuelve o impasible llora.
No hace falta que te diga hoy ...
Cuál es la radiografía que confiesa
el esguince de ayer que sufre hoy
... la desMemoria.
Trae vendas, por favor, para tapar
boca y lágrimas a heridas ancestras,
que las de hoy ya son distintas,
sangran @rrobas, ceros , unos ...
Y obsesiones diversas.
Pero en el fondo son gratis
confesionarios humanos
de aquello que nos supura o supera.
Confesionarios de silicio para una civilización que se desmorona.
ResponderEliminarBesos.
Un "cajón de sastre" con mucho material en él. Espero que tu protagonista saldrá bien de esa "encrucijada de caminos".
ResponderEliminarUn abrazo de luz.
Ninguna radiografia del pasado explica lo que se siente hoy...es la desmemoria....!
ResponderEliminarSi no hace falta lo que se dice hoy..es porque el tiempo yá se pasó... otras ataduras se harán necesárias... es otro amor que llega!
Somos nuestros propios sastres y curanderos... Aprendimos a hacer puntos y puntadas.
ResponderEliminarReflexión... Para mí, mi querida Athenea.
Mil besitos para tu noche ❤
Todos nos remendamos cada tanto, pero para seguir con más seguridad.
ResponderEliminarUn beso dulce y dulce fin de semana.
Palabras tras el velo
ResponderEliminardel decir, del sentir,
que Tú adivines,
es mi decir, es mi sentir...
Beso y saludos...
Karim...
Un frío de mármol me recorre la espalda.
ResponderEliminarBesos.
ResponderEliminarDecía no sentir no haber cobrado nunca ni en la madrugada tras haber pasado la noche sin dormir entregadx a sus hilvanes de seda color noche pero si decía haber oído la confesión desgarrada de su boca tras el beso gratis pero difícil y sabor lágrima que perdura en la mañana herida por su sueño, horizonte nocturno de luz quizás no alcanzado pero siempre recorrido de principio a fin, de pies a cabeza, al calor de llama trémula de vela suave de aroma alhelí en aquella ya extinta noche de penitencia autoimpuesta a modo de olvido de un lapso no concluido entre dos límites, uno malo y otro peor, almacenados gratuitamente en la memoria código abierto y de fácil acceso.