Serás sirena
en charcos de vacío,
esos que llena el vicio
cuando se siente herido.
Verás Alaska
llorando nieve,
y la noche ausente
dando difusa forma
a figuras de mujer.
Los escaparates,
siempre hambrientos,
esperando la crítica
de quien sabe que no es...
Relojes seduciendo
a la esfera que los vio nacer.
Y mendigos con corbata
que peregrinan tu Fe.
Y no solamente eso...
sino que lo tocarás.
Con esas manos rotas,
de cristal, que arañan.
Como tú y yo, siendo,
sin saber ser nunca
la penúltima palabra.
Buenas tardes, AtHeNeA:
ResponderEliminarQuizá es el instinto de supervivencia el que nos avisa de que si aceptamos ser la penúltima palabra, daremos pie a que se pronuncie el final.
Un abrazo, compañera.
ResponderEliminarLa protagonista, como mujer, ha escrito algo muy bonito durante la tormenta de ficción provocada por el vacío del horizonte Norte mientras la calima ocultaba su espera de la única palabra, sin punto final, que de él estaba esperando oír
Hola AtHeNeA.. Nunca habrá la ultima palabra, la ultima palabra esta por decir, la fuerza de todas7os, lo hará posible. Los charcos se volverán estanques..
ResponderEliminarUn abrazo..
Me gusta(s).
ResponderEliminarHoy es especial tu poema
ResponderEliminarUn abrazo silencioso Athenea
"...Los escaparates también lloran y miran la figura que viene a reflejarse en ellos..."
ResponderEliminarUn abrazo de luz.
De ahí que sea una gran frustrada, me gusta tener en mis labios la última palabra.
ResponderEliminarUn abrazo inmenso previo lunes
Sirena en un charco vacío... ufffff... creo que voy a pegarme un tiro.
ResponderEliminarQué difícil mantenerla quieta, muda… cuando esa voz que hay en ti te pide a gritos sentir la luz… Ser la rúbrica y punta final, o, quizá suspensivos… cuando la tormenta te ahoga, o el calor te sofoca…
ResponderEliminarBsoss y abrazos enormes, mi querida Athenea, y muy feliz semana 😘
Le dedico un poco de tiempo a leer tus hermosos poemas y cada día me sorprendes, enhorabuena mi querida amiga, eres un genio. Besos y abrazos.
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