Vivo sumergida
entre el peso jurídico
de infinitas doctrinas.
Sábana que al primer estornudo
sale cantando en favor del absurdo,
pero tú sigues durmiendo en ella.
Voy por las aceras reCitando leyes
que nunca sentencian a favor
de honor, suerte, muerte o redención.
Creo que el articulado de mi mente
es demasiado dúctil pero...
no comparte lo que la judicatura
...le proporciona.
Voy así, y me visto en una ... quizá ma(s/r)
vorágine rota de días pecando en imPar.
En un capítulo pasajero que
busca el título bajo cuya alForja rePosar.
Pero siempre vienen las secciones
a poner a prueba la paCiencia,
el temple y amor por lo singular.
Espero que no lo entiendas.
Sería quizá tu sentencia ganada
más agria que puedas imaginar.
ResponderEliminarNo la entiendo, pero cómo me gusta esta sentencia condenatoria tras verificar que se quebranta la ley de Dios y la de la humanidad de una en una vez, y como creo que uno es impar lo de una no sé exactamente qué es. Bueno si lo sé es...del género femenino y por tanto ¿imprevisible?
Me lo imagino, ¿vos?.
Hola AtHeNeA.. las leyes, los dogmas, las doctrinas,las sentencias, están para cumplirse.. pero el honor aveces lo hace imposible..
ResponderEliminarUn abrazo..
Prefiero cerrar los ojos y quedarme con las palabras de tu protagonista.
ResponderEliminarUn abrazo de luz.
Yo estudié Derecho.
ResponderEliminarY me arrepiento.
La justicia en este país está todavía en 1940.
Si pudiera volver en el tiempo estudiaría algo técnico...
Besos.
Justo opino lo mismo que toro, si volviese atrás en el tiempo elegiría otra carrera. Pero en mi caso la estudié siguiendo unos ideales y antes de terminar se fueron desmoronando.
ResponderEliminarQue el peso de la Ley no te asfixie.
Un abrazo inmenso de ley...de la buena ;)
Mi querida Athenea... me sonrío... tú sabes por qué...
ResponderEliminarMuy ingeniosa y creativa... Grande!!!
Te dejo mil besitos abriéndose paso entre el recital de tus leyes.